Roskof esqueleto

Hölstein Cattin & Christian

Circa 1907


 

Reloj lepine tipo esqueleto de 5cm de diámetro en caja de níquel, provista de caja chichonera. La esfera se limita a una corona de latón en color blanco con numeración arábiga negra, bajo las 12 horas la marca LUCIDA, agujas tipo pica fuerte azul cobalto. Movimiento visible tanto desde su cara anterior como posterior por tratarse de un esqueleto. Desde su cara posterior se ve el número de patente 37636. Máquina con puentes y rubíes (raro en relojes roskopf).
El Nº 37636 corresponde a la patente de 1907 firmada por Manufacturas relojeras Hölstein Cattin & Christian

Georges-Frédéric Roskopf
Esencialmente el sistema Roskopf se diferencia de los relojes mecánicos normales, de bolsillo o pulsera, en la supresión de la rueda de centro, y por la supresión de rubís (salvo en el eje de volante); con lo que se abarataba notablemente el precio del reloj, además se aprovechó la coyuntura de que la primera patente de Jean-Adrien Philippe sobre remontaje (dar cuerda a reloj) desde el pendiente del reloj (corona para dar cuerda al reloj y pulsador lateral para ponerlo en hora) acababa de pasar al dominio público (estamos hablando del año 1867). En definitiva, lo que hizo Georges-Frédéric Roskopf, fue simplificar al máximo posible el reloj mecánico, según se dice lo dejó en 57 piezas, frente a las 160 de los relojes de la época, procurando mantener la fiabilidad y resistencia del mecanismo. Contaba entonces 54 años y su idea era la de proveer de relojes a las clases populares y por eso llamó a su reloj “El Proletario”, pero consiguió además revolucionar la industria relojera suiza, a partir de ahí se abrió paso la fabricación masiva y en serie de movimientos mecánicos, que continua en nuestros días con los de cuarzo, por eso se compara a Roskopf con Henry  Ford (el primero que fabrico coches en serie). El reloj recibió una medalla de plata en la Exposición Universal de Paris en ese año de 1867, a cuyo propósito, un descendiente de Abraham-Louis Breguet, Constan-Louis, comentó:

"Cómo proporcionar al obrero un reloj a bajo precio, para permitirle llegar al taller a la hora, ese era el problema. Fue resuelto por un fabricante relojero, el señor Roskopf, de la Chaux-de-Fonds, cantón de Neuchâtel en Suiza, que ha tenido un éxito completo desde el punto de vista de la calidad y el precio. Señores, el Comité, apreciando el servicio así prestado a las clases trabajadoras, tiene el honor de proponer que se den las gracias al señor Roskopf por su reloj del pobre y de concederle una medalla de plata".

 

Relojes Roskopf de la colección

Relojes esqueleto de la colección

marcas suizas actuales